La mayoría de las cosas que hablamos no tiene importancia, hasta que lanzó el reto; "-te aseguro lo que quieras a que si fueras políticamente correcto, amable y social, no tendrías las broncas que tienes-" a lo que yo soberbio y magnanimo le dije: "-te demostraré que te equivocas y yo tengo la razón-" a lo que me respondío con un fatal "-te conozco, lo harás un día y medio y dirás que no funciona-"
Ok, este es el punto en el que cualquiera puede, pudo y estará, sería fácil decir "Lo intenté" y en realidad no hacerlo, pero por orgullo y vanidad intelectual yo le voy a demostrar que se equivoca y que en realidad yo no tengo remedio (¿pero cuando lo pedí?).
Es como el refrán de "haz cosas nuevas".
Pero, en realidad ¿valen la pena?
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